lunes, 3 de diciembre de 2007

33. Maratón x Equipos Banco Galicia

¡Qué calor! ¡Qué buena organización! ¡Qué despliegue de hidratación! ¡Qué sufrimiento! ¡Qué alegría al terminar! Va mi crónica: Marcelo, mi compañero de equipo, llegó en 1h 5m al puesto con el número 9 negro. Solo balbuceaba "¡Estoy insolado! ¡Estoy insolado!". Ver su estado catastrófico y el hecho de que hubiera tardado 5 minutos más de lo esperado me hizo c..... en las patas. "Yo salgo a 6:40" me dije.

Llegué al kilómetro 1 en 5:39 y mi plan conservador se hizo trizas. Sabía que no iba a aguantar a ese ritmo. Iba por los 1500 metros de carrera y ya sentía los cuádriceps duros (demasiado). En ese momento recordé que ayer había trotado 5 km en la cinta y a la tarde no tuve mejor idea de llevar a mi madre a la Reserva Ecológica y nos caminamos otros 5 km. El sol pegaba muy fuerte y yo ya tenía ganas de abandonar. El cartel del km 2 apareció a los 5:45. No me dolía nada pero sentía las piernas duras como macetas. Sentía como si estuviera corriendo a 7:30 pero mantenía un paso bastante decente para mis posibilidades. De todas formas yo sabía que cada vez iba a ir más lento. La única duda era cuanto más lento. Pasé el 3 en 5:53 y el 4 en 5:57.

Cuando vi a los que corrían en equipos de 4 girando hacia la izquierda una insana envidia se apoderó de mí. Ya en Figueroa Alcorta la sombra de los árboles contribuyó a que me sintiera un poco (muy poco) mejor. El kilómetro 5 apareció a los 6:10. Pasé por las duchas auspiciadas por Gatorade y me mandarón el chorro a presión como si fuera un lavacoches. Salí con las zapatillas empapadas haciendo ruido a goma mojada. Durante toda la carrera acepté todas las botellas de agua, vasos de Gatorade y esponjas que me dieron. Con el agua mojaba la gorra, el Gatorade iba al buche y las esponjas eran para la nuca. El tener el sí fácil hizo que me costara mantener el ritmo. De todas formas no tenía muchas fuerzas para hacerlo y si no me hubiera hidratado me hubieran llevado en ambulancia.

Llegué al km 6 en 6:09 y enseguida doblé hacia la izquierda para emprender el regreso... ¿triunfal? A esa altura sentía las piernas como entumecidas. De vez en cuando me las "pinchaba" con las uñas de los dedos para ver si sentía algo y me tranquilizaba al sentir el "pinchazo". Llegué al km 7 en 6:12. Estaba administrando bastante bien mi debacle. Ya estábamos detrás del Golf y pasé a un par de corredores que venían muertos. Les ofrecí agua pero no aceptaron. Uno me dijo "¡Ya la tenemos!". No me sonó muy convincente. Más esponjas, más agua, más Gatorade y de pronto apareció el cartel del km 8: 6:14, 47:59. Hasta aquí había bajado los 6 minutos por kilómetro de promedio. Ahora mi humilde objetivo era llegar a los 10 no muy arriba de la hora. Sentía que iba perdiendo cualquier atisbo de elasticidad y cada paso costaba cada vez más. El km 9 apareció a los 6:21. A los 500 metros me crucé con Gabriel (el fotógrafo) que me sacó 3 fotos que todavía no me animé a mirar. No tenía fuerzas ni para fingir que estaba todo bien. Venía cayendo en caída libre. Pasé por el arco que decía "A llegada" o algo así.

Los números se habían eternos. Pensaba "Si hubiera elegido salir primero ya estaría llegando". Pasé por el cartel "9" a los 59:48 y por el arco de "Largada" en 1 hora exacta por lo que los 10k los debo haber hecho en 1 hora 0 minutos 45 segundos aproximadamente. Bastante digno para mi historial. Cuando crucé el arco tuve toda la intención de caminar pero me uní al grupo de los que corrían de a 4 que era mucho más numeroso y como nadie trotaba, seguí. Doblé por Libertador y nuevamente a la izquierda pasando por el arco de "A la llegada".

A esa altura ya tenía la visión medio borrosa, no sentía las piernas y tenía contracturado todo lo contracturable de la cintura para arriba. Estaba a punto de caminar unos metros antes de entrar a Geba cuando Haa me saluda y le dice a una chica "¡Ese es Emilio, el que nos saca fotos!". Mi plan de caminar unos metros para recuperarme fue abortado por mi orgullo y hasta apuré el paso unos metros (o al menos eso intenté). Entré a Geba contando los metros que me faltaban: "399, 397, 395". Cuando entré a la pista y ví que eran unos 3/4 de vuelta corregí y seguí con la cuenta "300, 298, 296"... Pasé por el arco blanco que estaba enfrente de la llegada y volví a corregir "200, 195, 190". No podía pensar en otra cosa que llegar. Ni se me ocurría intentar pasar a los otros corredores que tenía delante mío.

Estaba llegando con los últimos 100 cm3 de nafta que tenía en el tanque. Estaba a 30 metros de la llegada cuando me di cuenta de que estaba alcanzando al que estaba delante mío. Tuve la intención de alentarlo para llegar juntos pero justo cuando lo alcancé bajó la velocidad. Ahí no pude con mi genio e hice un sprint de 8 metros que me sirvió para pasar a otra corredora más. Pasé por la llegada en 1 hora 7 minutos y algunos segundos. Estaba tan en otra que me olvidé de apagar el reloj. Me sacaron el chip, me colgaron 2 medallas, me dieron una botella de Gatorade y una enorme sensación de logro conseguido me invadió. Me dieron ganas de llorar de alegría después de haber sufrido tanto la carrera de punta a punta.

2 comentarios:

Cientounero dijo...

Solo otro corredor puede comprender tu alegría de cruzar una meta después de tanto sufrimiento. Los conocidos no comprenden porque tanto sufrir para solo obtener la satisfacción de llegar a la meta. Pero esa sensación que no me la quite nadie.

Enhorabuena, unos pocos días de descanso y a preparar la próxima carrera.

Un saludo.

Cokino dijo...

Bien locoooooooo!!! Eso es ponerle huevo!! y en esta actividad descubri que si tenes esa actitud tenes e 50 % de la carrera terminada!!! Espero ver mas crónicas de tus carreras. Esto es un vicio sano. Disfrutalo